top of page

Nuestra historia

Antonio Álvarez Desanti y Nuria Marín Raventós, dos jóvenes abogados, fundan el 21 de Junio de 1982 lo que hoy se conoce como Álvarez y Marín Corporación. Aunque tenían su propio bufete de abogados, desde muy temprano tenían claro que además del ejercicio profesional quería desarrollarse como empresarios.
Sus inicios no siempre fueron exitosos, pero fueron una gran escuela, y las bases de lo que se convertiría en una filosofía de vida. Sus primeros emprendimientos fueron de negocios que tenían poco nivel de inversión. Era una Costa Rica donde no había banca privada, y al ser profesionales de las artes liberales, no eran sujetos de crédito.

En 1980 Antonio inicia vendiendo maní tostado con compañeros del colegio. Ellos empacaban el maní y ellos mismos se distribuían las zonas del país y entregaban personalmente las bolsas en los supermercados. Así mismo, iniciaron con una venta de zapatos finos, de cuero. Contrataron zapateros e empezaron a venderlos en diferentes tiendas de San José. Adicionalmente tuvieron una venta de blocs de concreto y venta de muebles.

Durante este proceso (año 81-82), el bufete empezó a crecer, y a requerir mucho más de su tiempo y a generar muchos mejores ingresos. La práctica del derecho estaba representando mejores ganancias que los pequeños emprendimientos. Es ahí donde deciden distribuirse los negocios, y Antonio vende el suyo.

En los meses siguientes, Antonio y Nuria deciden que para poder participar en negocios más grandes, debían contar con más capacidad de inversión. Ahí deciden ahorrar un monto fijo mensual del superavit del bufete con el fin de poder tener capital para futuros emprendimientos que permitieran actividades complementarias a la práctica profesional.

Deciden fundar una financiera, y es en 1983 cuando nace AMR Bienes y Valores, la cual les genera un crecimiento muy rápido, ya que sólo habían bancos estatales en ese momento.

Durante estos años, Antonio participa en la actividad política, el Presidente Luis Alberto Monge lo nombra Presidente de Fertica (1985) y posteriormente Presidente Ejecutivo del Consejo Nacional de Producción (1987). Durante la administración del Presidente Oscar Arias, es nombrado Ministro de Agricultura (1987) y luego Ministro de Gobernación (1988).

El negocio era la rapidez, prestar el dinero en 24horas. Nuria hacía los avalúos en créditos hipotecarios. El negocio fue exitoso muy rápidamente. Pronto ya buscaban negocios más grandes para financiar, como algunos desarrollos urbanísticos. 

En 1991 se les presenta la oportunidad de estudiar en Harvard. Antonio inicia una maestría en Derecho Tributario, y Nuria es aceptada en la Maestría de Gobierno, una maestría ofrecida sólo para americanos, con una duración de dos años. Nuria era la única latina, y además debía completarla en 12 meses, ya que los ahorros familiares sólo les permitiría vivir en Boston por un año. Es así como la familia empaca maletas, y se muda a Boston.

En 1992 regresan los cuatro a Costa Rica, con ambas maestrías finalizadas y graduados. Ya era el momento de buscar otras alternativas de negocios para poder dedicarse a la actividad empresarial. La primera alternativa era aumentar la participación en Brunca, la otra opción era diversificarse en otras áreas como la construcción. Sin embargo apareció una oportunidad en un actividad que prometía un futuro muy alentador.

NMR.png
En noviembre de 1989 cae el Muro de Berlín y los expertos aseguran que Europa del Este iba a consumir igual o mayor cantidad de banano que Europa Occidental. Se creía que la Comunidad Económica Europea iba a desaparecer las barreras arancelarias, se iba a tener una única frontera y que ya el banano no iba a ser protegido. Que el mercado para esta fruta se iba a abrir, y que el banano producido por Canarias, Jamaica, República Dominicana y del resto de países de la ATP iba a desaparecer por no ser competitivo con respecto al de Costa Rica o Ecuador.

Aunque ninguna de esas situaciones sucedió, Antonio y Nuria, con un contrato de venta de banano a Jamaica Producers, cierran el bufete y deciden dedicarse 100% al sector bananero.

Antonio entra de lleno en el negocio y Nuria se queda en la oficina dedicada exclusivamente a la Corporación Raventós y abogada de Brunca, además de respaldar y apoyar en la ubicación de mercados y la inteligencia de mercado de banano, con especial interés a Alemania, donde incluso empezó a estudiar el idioma alemán.

El 15 de mayo de 1993 se da la primera exportación de Bananera Calinda, donde como familia, los cuatro tienen funciones ese día. Adriana con trece años, empacaría la primera caja de banano, la cual aún cuelga en la oficina de la finca. Y Andrea con seis años, inauguraría las pilas, nadando en una de ellas de un lado a otro.

En el año 2000 compran su segunda bananera y la llaman Bananera Las Valquirias. En el 2002 hacen Bananera Támesis, en el 2007 Bananera Córcega y en el 2010 Bananera Continental. Grupo Calinda representa al día de hoy poco más del 4% de las exportaciones bananeras de Costa Rica, con más de 1,500 trabajadores y 2,000 hectáreas en producción.

Para 1996 deciden invertir en banca comprando acciones de un banco cañero-bananero llamado Banco Continental, llegando a ser el segundo socio más grande del banco, el que luego se fusionaría con Banex.

Al mismo tiempo entran en el negocio de urbanización con varios proyectos en San José e inicia la etapa de diversificación. 

Captura-de-pantalla-2015-07-06-a-las-14.
AAD_Foto_Familia_01-1024x724.jpg
En el año 2010 la Corporación Álvarez y Marín decide ampliar sus horizontes e invertir en Panamá. Compraron 685 hectáreas de tierra en la parte continental de Bocas del Toro, con 12 kilómetros de playa.

La clave de este proyecto es ser un desarrollo sostenible que cause el mínimo impacto en el ambiente, que permita un tipo de turismo cultural aprovechando la riqueza folclórica de la comarca indígena Ngobe Buglé, sus costumbres y tradiciones; de la mano del desarrollo económico de la población, trayendo servicios básicos como agua, electricidad, servicios médicos, y trabajo digno para sus habitantes.

Se contrata un estudio de mercado con la prestigiosa empresa HVS la cual define un nicho de turista muy especializado: el Turista Lujoso, Sofisticado, Cultural y Aventurero. Estos son turistas que buscan experiencias únicas y auténticas. Este es el segmento turístico que más crecimiento ha tenido en los últimos años, y cuyos patrones de gasto y consumo se han mantenido constantes a pesar de las crisis. Este tipo de turista busca locaciones remotas, no tiene problemas con tomar varios aviones, horas en automóvil o incluir distancias en barco para llegar a su destino. Ellos buscan conocer “the road less traveled”, hacer voluntariado, eco-travel, lugares auténticos, con aventura y cultura dentro de un ambiente de lujo y comodidad.

Se firma un contrato con una cadena tailandesa llamada Six Senses, ganadora de varios premios a nivel mundial por su concepto de SLOW LIFE: Sustainable, Local, Organic, Wholesome, Learning, Inspiring, Fun, Experiences. Six Senses opera 14 hoteles, mayoritariamente en Asia, conocidos por llevar el lujo a un nivel de experiencias.

Six Senses Cañaveral sería entonces el hotel ancla para todo un proyecto innovador, sostenible ambientalmente y con un fuerte impacto en la zona de la comarca. Sin embargo a finales del 2013 las autoridades panameñas informaron a Desarrollo Ecoturístico Cañaveral que las tierras compradas, a pesar de tener título debidamente inscrito en el Registro de la Propiedad Panameña, no se encontraban en el lugar donde se creía y que incluso, no estaban dentro de una comarca indígena. Ante esta inseguridad jurídica demostrada por el Gobierno Panameño, Cañaveral presentó una demanda de arbitraje ante el CIADI (Centro Internacional de Arbitraje de Disputas de Inversión) con el fin de obtener resarcimiento de la inversión realizada por la expropiación sufrida, y reclamar el lucro cesante. En setiembre del 2018 el CIADI se declaró incompetente para analizar el tema se está viendo en las cortes panameñas.

Hoy, fruto del esfuerzo y trabajo por tantos años de Antonio y Nuria, al que luego se les unirían sus dos hijas Adriana y Andrea, y de la mano con un grupo de profesionales altamente calificado y comprometido, la corporación es un grupo empresarial dinámico y emprendedor, con participación en diversas áreas y más de 1500 colaboradores. 

Actualmente se ha establecido una división de Nuevos Negocios con el fin de buscar una mayor diversificación de la corporación enfocándose actualmente en áreas como lo son el turismo, la tecnología y las energías renovables. 

En el 2008, junto a otros empresarios, inauguran la primera etapa del Mall Multicentro en Desamparados y en el 2011 la segunda etapa para un total de 52,000m2 de construcción.

En el 2010, la Corporación formó parte del grupo que funda la empresa Blintec especializada en Blindajes. 

En el 2013 Álvarez y Marín firma un contrato para traer la franquicia Americana de comida y entretenimento Chuck E Cheese´s. El primer local se encuentra en Plaza Bratsi, Heredia. En el 2019 abrirá en Escazú y a finales del 2020 en el sector este del país. 

bottom of page